lunes, 29 de septiembre de 2008

Creatividad y experiencia interior

El siguiente fragmento proviene del libro Las siete leyes del Caos. Original en ingles: Seven Life Lessons of Chaos. Timeless Wisdom from de Science of Change.
Lo leí hace unos días y siento que es muy semejante al aspecto de la orientación germinal relacionado a la Experiencia Interior, al interés en atender a ella y adentrarnos en lo que ocurre ahí.

“La creatividad no es sólo lo que se manifiesta en los campos creativos reconocidos tradicionalmente; es lo que también sucede en nuestros pequeños o grandes momentos de empatía y transformación, los momentos en los que entramos en contacto con nuestra auténtica experiencia individual, y por lo tanto universal, de la verdad.

[…] A pesar de ello, la mayoría de nosotros no nos sentimos creativos y bloqueamos con persistencia el libre curso de la acción de la creatividad en gran parte de nuestras vidas. La perdemos a causa de nuestra obsesión por el poder y el control; de nuestro miedo a los errores; por el férreo control de nuestros egos; por el fetiche de la comodidad; por nuestra continua persecución del placer reiterativo o simplemente estimulante; por el hecho de reducir nuestras vidas al estrecho marco de lo que piensen los demás; por nuestra adhesión a la aparente seguridad de los órdenes cerrados, y por nuestra arraigadísima creencia de que lo individual existe sólo en irreductible oposición a los demás y al mundo “exterior” al yo.

La teoría del caos nos enseña que cuando nuestra perspectiva psicológica cambia –mediante momentos de amplificación y bifurcación - , nuestros grados de libertad se expanden y experimentamos la verdad y el ser: entonces somos creativos, y allí se revela nuestro verdadero yo.

El “yo”, al que la sociedad posmoderna ha consagrado como único centro de la realidad, es esencialmente una construcción social – una serie de categorías, nombres, descripciones, máscaras, acontecimientos y experiencias-, una compleja sucesión de abstracciones que cambian continuamente. Penetrando en el caos de estas abstracciones, entramos en contacto con ese lugar mágico donde el yo es también el no yo, o, si se prefiere, el yo caótico, y más grande, del mundo”. (p. 38)


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Como en el fragamento se ha hecho uso del concepto de verdad, creo necesario incluir otra cita en la que se expresa como se entiende "verdad" en dicho texto.


“Aquí la palabra “verdad” no significa algo absoluto (esta verdad es LA verdad) o relativo (tu tienes tu verdad y yo tengo la mía). La verdad es, por el contrario, algo que se vive en el momento y que expresa nuestra vinculación individual con el todo”. (p. 28)


Referencia

John Briggs y F. David Peat (1999)
Las siete leyes del Caos. Las ventajas de una vida caótica.
Título en inglés: Seven Life Lessons of Chaos. Timeless Wisdom from de Science of Change.
Barcelona: Grijalbo, 1999.

jueves, 25 de septiembre de 2008

La visibilidad de la orientación germinal

Cuando ponemos atención en lo germinal estamos componiéndonos una imagen más incluyente del presente que transcurre. Hay infinitas miradas que pueden tenerse de los hechos, cómo los podemos juzgar, cómo los podemos ordenar en una secuencia o en un patrón. La mirada de lo germinal es una entre ese infinito de canales, de planes de composición.

Revisemos dos visibilidades (la del pasado y la del sentido) que caracterizan a otras orientaciones en terapia y algunas razones para considerar que es deseable una visibilidad alternativa. Luego veamos algunas implicaciones de la visibilidad de la orientación germinal.

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Cuando miramos al pasado, estamos de hecho en el presente mirando y analizando recuerdos que son en el presente aunque estén “referidos” a un pasado, en otras palabras, estamos hablando del presente pero no lo afirmamos como tal, decimos que es otra cosa, que es “lo pasado”. Descontando el caso de una regresión, al hablar del pasado no estamos viajando al pasado, sino que estamos captando en nuestra memoria los recuerdos de experiencias, y también las valoraciones y juicios de esas experiencias.

Fijar nuestro foco en el pasado supone que esos hechos “anteriores” nos darán la explicación o el sentido de lo que vivimos, si no la eventual solución de lo que nos pasa ahora.

Hay algunas razones por las que podamos considerar otra alternativa para entendernos y entender lo que ocurre en la actualidad. Cuando ocurrieron los hechos del pasado no ocurrieron para que hoy fuera como es, puede decirse que ocurrieron sin un fín, ocurrieron porque era lo que necesariamente podía suceder en aquellos momentos. Otra razón es que el pasado no justifica el presente, esto lo decimos desde los hechos mismos, porque una persona puede actuar en nombre del pasado, pero la Naturaleza no es así, la Vida no se justifica para ser, sólo es, sólo va siendo.

Esto mismo nos conduce a un cuestionamiento de la vía del sentido, de la lectura de lo que nos ocurre bajo la postura del sentido. Consideremos dos razones también para cuestionar esta postura. La primera razón es que el precepto de que lo que ocurre ahora es con una finalidad [conduce a algo, es por algo], nos conduce a valorar lo que ocurre como un medio para otra cosa. De nuevo, es necesario aclarar que para una persona sus actos o realizaciones de hoy pueden ser los medios para obtener otra cosa, o alcanzar una meta, pero desde el punto de vista de los hechos, las cosas son todo lo que pueden ser, ni más ni menos y el mundo no se dirige a un destino predeterminado, sino al que momento a momento va gestándose. Otra razón para desplazarnos de esta postura es la sobrestimación que damos a nuestra voluntad y a nuestro comportamiento como causas o desencadenantes de lo que ocurre y de lo que ocurrirá. Para una visibilidad más lúcida es necesario recordar la infinidad de factores que influyen en cada cosa que pasa, y en otro nivel pensar en el conocido efecto Mariposa, y más aún en la Inmanencia, es decir, en la unidad que somos con todo lo es.

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La visibilidad de lo Germinal tiene dos implicaciones importantes:
La experiencia interior
El devenir entre advenimiento – actualidad

La lectura de germinales se basa principalmente en la escucha atenta de la experiencia interior, afectada, inspirada, padeciente, atravesada por, vehículo de la ocurrencia de transiciones y procesos que llamamos germinales. De hecho, un aspecto de lo germinal es que se trata de algo que le sucede a esta subjetividad, a este mundo que es la persona. Así que al despejar un germinal se afirma continuamente esta experiencia interior, esta multiplicidad de sensaciones y estados que es cada uno, y la verdad de la existencia y de la perspectiva. Es afirmación continua de la vida que es cada uno.

El germinal ocurre en un devenir que involucra lo porvenir y lo que se está realizando (lo que se está haciendo realidad, hecho, acontecimiento). Involucra algo que podemos entender como advenimiento, como un destino virtual de las cosas que ocurren, e involucra también - al mismo tiempo - la sensación y evidencia de lo que acontece, de lo perceptible. Y un germinal es ambos simultáneamente, así que es como un flujo que está en ambos sectores de la realidad. Cuando ese flujo sólo se despliega en lo Actual podemos llamarlo más bien un “terminal”, y el agotamiento de un flujo puede llamarse entonces “lo pasado”.

La alternativa de la orientación germinal no pretende ser la mejor opción, sino una opción que se presenta y plantea a quienes encontremos en ese territorio la potencia de la vida, de su multiplicidad, de su libertad y que nos recuerde que somos eso, somos continuamente expresión de la Vida.