viernes, 11 de julio de 2008

Propósito en la Terapia Germinal

El modo generalizadi de vida de la ciudad se manifiesta, también, en el modo en que la mayoría de personas entienden un servicio como la psicoterapia. Se va al psicólogo para que nos diga qué hacer frente a una situación problemática, que tendría que ver especialmente con lo anímico, emocional o mental.

El sentido más popular, más común, considera que:

"El psicólogo está en capacidad de hacer un diagnóstico de mi, de interpretarme, de analizarme y decirme qué tengo y qué debo hacer".

"Yo le pago para que me diga la solución, para que me diga una manera eficaz para resolver mi problema, o para que me haga algo que me mejore".

Y esa solución debe ser pronta y lo más económica posible.
También se considera que, de antemano, la Psicología o el psicólogo deben conocer de qué se trata lo que tengo o la situación por la que estoy pasando, y deben saber las pautas apropiadas para "superarlo".

Estas creencias se ven reforzadas por una extensa serie de profesionales, y publicaciones escritas, que se corresponden muy bien con estas expectativas, y que precisamente plantean infinidad de tácticas y estrategias para todas las vicisitudes de la persona común y corriente, y también las soluciones y respuestas para corregir el comportamiento anormal, las ideas irracionales, etc.

En contraste a estas ofertas existe otra serie de terapias que se comprometen con otro tipo de trabajo y con objetivos diferentes. Existen, por ejemplo, terapias que nos invitan a participar en un tipo de conversación tendiente a crear nuevas realidades a través de modos alternativos de narración de nuestras historias personales y relacionales. Otros enfoques plantean un encuentro persona a persona como modo de enfrentar y ser acompañado en lo que nos pasa. Otros profesionales nos interrogarán más bien por el sentido de lo que nos pasa y el sentido que damos a nuestra existencia. La propuesta de otros es el análisis de lo inconsciente en nosotros y de nuestra historia de desarrollo psíquico.

¿Qué distingue a la terapia germinal en este sentido?
Afirmar la verdad que transcurre. Entrar en un contacto más entero y sincero con nuestro modo de ser y de vivir hoy.

Con frecuencia el consultante ya sabe qué le pasa pero no puede decirlo, nombrarlo. En otros casos lo que sucede es que no comprende lo que le pasa. La orientación germinal consiste es afirmar lo más plenamente posible lo que nos ocurre, maximizar nuestra potencia de expresión.

Somos seres pero tambien podemos vernos como maneras de ser, ramilletes de maneras de ser, la orientación germinal nos pone en contacto más honesto, transparente con esas maneras de ser que somos y en las que también estamos envueltos como la manera de ser de la relación de pareja en que estamos, la manera de ser de la casa y la familia que habitamos, la manera de ser del colegio, de la facultad o de la oficina donde estamos cotidianamente, etc.

Si lo trae a terapia un problema o una situación que deseamos que se suspenda o que cambie, planteamos (antes que una respuesta o solución) una relación consistente con dicha cuestión. Nos hacemos este tipo de preguntas: ¿qué es todo lo que nos pasa con eso que se ha convertido en motivo de insatisfacción, dolor, angustia?; ¿qué nos corresponde a cada uno de su surgimiento, de su generación y de su prevalencia?; y ¿qué nos implica su trasnformación o su desaparición, cómo nos afecta la pérdida de eso?

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Estas pautas hacen de la orientación germinal una terapia excéntrica para el sentido común. Considero que esta modo de presentarse lo terapéutico corresponde sólo con algunas personas o más bien con ciertos tiempos o situaciones de vida por las que pasamos, así como en otros momentos corresponde más otro tipo de acción, visión o trabajo.

3 comentarios:

Juan Carlos Carvajal dijo...

excelente entrada, mucho mas claro me queda la forma como lo germinal transcurre, me gustaria seguir conociendo las herramientas relacionale o los procesos personales que ayudan al consultante a germinar en este sentido.

Fabio Moreno dijo...

El comentario de Juan me da la oportunidad de referirme a una cuestión que pronto trataré de manera más extensa.
En la modalidad que practico ahora lo germinal no está referido necesariamente al consultante. Cuando hablamos de lo germinal no es siempre el consultante el que germina.
Lo que decimos que germina es un acontecimiento, y en ese acontecmiento está involucrada la persona.

Estaré reflexionando acerca de la cuestión de las herrammientas relacionales.

Gracias por tu comentario Juan.

Fabio Moreno dijo...

Esta noche estuve releyendo el comentario de Juan y su pregunta sobre las herramientas relacionales.

Hasta donde puedo entenderlo, una herramienta relacional podría ser una técnica que nos permita despejar el germinal o leerlo mejor (recordemos que no siempre el germinal es la persona).

También podría ser una actitud o un modo de estar relacionados o en contacto. Lo que, en mi caso, me recuerda a "las condiciones que requiere o que favorecen el movimiento terapéutico" formuladas por Carl Rogers.

De hecho yo creo que ese "modo de estar" planteado por Rogers, nombrado como acercamiento centrado en la persona, es un modo muy propicio para despejar germinales.

En mi formulación cada germinal implica una forma de revelación singular. Puede ser que nos acerquemos con herramientas previas pero creo que una actitud lo más nueva y actual posible es la que más conviene al acercarse a un germinal. Ser lo más genuinos y afirmativos con lo que nos pasa al orientar nuestra atención y care a ese fenómeno que aqui llamamos germinal. Hasta el momento considero que el método fenomenológico es el más cercano o semejante a lo que trato de expresar aquí.